Y así empezaba la carrera, arriesgando en la primera curva y pasando a 3 coches, y a otro más adelante. Pero fue pasadas muchas vueltas cuando ocurrió el milagro: El accidente de Piquet descolocaba todas las posiciones de carrera, los pilotos se mezclaban mientras el líder quedaba último y el segundo se perdía en medio del pelotón. Alonso estaba 5º y con las estrategias de repostaje a su favor. Él tenia combustible suficiente mientras a los de delante se les iba acabando, apartándose de su camino.
Pronto pasó a ser el primero y empezó a marcar un ritmo que ya nadie pudo seguir, un ritmo quizás mejor de lo esperado antes de la avería de la clasificación.
Y por fin después de 1 año y 20 días el himno español volvía a sonar en un podio. Alonso se convertía en el primer piloto en ganar el nuevo GP de Singapur, el GP nº 800 de la historia de la Fórmula 1.
El podio nº 50 de su carrera deportiva, la victoria nº 20, después de su mejor remontada: 14 puestos para acabar ganando. De nuevo en lo más alto en la primera carrera disputada durante la noche. De nuevo llevando a la victoria a Renault, que no ganaba desde que Fernando se fue... puede que ahora vuelvan los viejos tiempos...
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